Fauna
La fauna de la RPF
Chimborazo se asemeja a aquella de otras zonas con ecosistemas
similares: pocas especies dependientes de ecosistemas acuáticos,
varias especies adaptadas a hábitat agrestes, algunas especies
andinas comunes y ciertas especies raras o endémicas.
Debido a la ausencia
de grandes humedales y la existencia de ríos pequeños únicamente,
la fauna de peces es pobre. Se podría esperar la presencia de al
menos una especie nativa de preñadilla (Astroblepidae) y de truchas
introducidas; no obstante, la información sobre los peces del altura
del país es tan limitada que no podemos asegurarlo. Eso sí, podemos
aseverar que, de haber existido algún pez nativo en la RPF
Chimborazo (por ejemplo en el sector de Laguna Negra), el impacto de
las truchas introducidas habrá sido tal, que aquel nativo
posiblemente habrá desaparecido ya.
-->
La diversidad de
anfibios y reptiles también es baja, como es característica de los
páramos herbáceos y secos del país. El célebre jambato (Atelopus
ignescens) habitó antiguamente estos páramos, pero se fue ya al
limbo de las especies dolorosamente extintas. Otras tres especies se
encuentran en la reserva: una rana marsupial (Gastrotheca riobambae)
y dos cutines (Pristimantis curtipes y Pristimantis unistrigatus). De
ellas, la rana marsupial se considera amenazada de extinción.
Además, otras cinco especies, todas ellas raras y amenazadas,
podrían encontrarse en la RPF Chimborazo de acuerdo a los mapas
generados por investigadores de la Universidad Católica de Quito.
Sin embargo, esto resta por confirmar.
Entre los reptiles
apenas sabemos que existen dos o tres especies, la popular huagsa
(Stenocercus guentheri), la lagartija de jardín (Pholidobolus
montium) y quizá una lagartija minadora del género Riama.
Hablar de los
mamíferos de la Reserva Chimborazo trae ya mayores satisfacciones.
Si bien no existe un listado completo de especies de la reserva, al
estudiar en detalle el libro Mamíferos del Ecuador, es posible
documentar la existencia de al menos 17 especies. Nada mal. Algunos
de ellos viven en la clandestinidad de los espesos bosques andinos,
como la musaraña (Cryptotis equatoris), el chucuri (Mustela
frenata), un par de murciélagos y unas cuatro especies de ratones de
campo. A su vez, otros viven en los ventosos páramos, sea
escondiéndose entre los pajonales y arbustos como el conejo
(Sylvilagus brasiliensis) y el ratón marsupial (Caenolestes
fuliginosus) o andando a saltos y carreras por sobre ellos, como el
lobo de páramo (Lycalopex culpaeus), el venado de cola blanca
(Odocoileus peruvianus) y el puma (Puma concolor). Pero la
característica más notable de la fauna mamífera de la RPF
Chimborazo son sin duda sus hordas de vicuñas (Vicugna vicugna)
pastando libremente. Esta esbelta y ágil especie se extinguió del
país hace muchas décadas por la cacería excesiva en pos de su
valioso pelaje. Tan antigua fue la extinción de la vicuña, que los
habitantes locales decían desconocer a este animal al momento de su
reintroducción. Hacia fines de los años 1980s, un plan de
reintroducción y manejo de estos camélidos andinos, promovido por
el propio Ministerio del Ambiente (que en aquel entonces no se
llamaba todavía como tal) resultó en la liberación de decenas de
vicuñas en esta reserva y el Parque Nacional Cotopaxi. Ahora, se
estima que su población ha crecido a más de 2000 ejemplares. Todo
un éxito.